¿Ha llegado el momento de hacer una detox digital?

Los grupos de WhatsApp de padres intercambiando consejos sobre como controlar el uso de los móviles por sus hijos adolescentes está creciendo no sólo en España, sino que es un fenómeno mundial.

Es un hecho que los móviles y las redes sociales se han convertido en una parte importante de la vida de los niños. Prácticamente todos los niños de más de 14 años tienen un teléfono móvil. Y lo utilizan fundamentalmente para redes sociales. Según una encuesta dedican cerca de 4 horas a Instagram, TikTok y Youtube (Facebook es cuarta a mucha distancia).

Y también hay consenso en los datos que muestran que la salud mental de los jóvenes se está deteriorando en gran parte de las economías “avanzadas”. El incremento de adolescentes que han sido atendidos por episodios de depresión se ha duplicado desde el 2010.

¿Están ambos hechos relacionados? Los escepticos señalan que puede deberse a que ahora salen a la luz más problemas mentales ya que están menos estigmatizados. Pero la coincidencia temporal es evidente y muchos estudios sugieren la correlación tiempo de uso de redes y deterioro de la salud mental.

Se han realizado experimentos en los cuales unos estudiantes de diferentes universidades en Estados Unidos dejaban de utlizar las redes sociales durante un mes. Respecto al grupo de control, ell impacto en el bienestar mental fue muy pequeño. Esto no es suficiente para los que defienden la relación, ya que alegan que los experimentos son de una duración demasiado corta y además no se han hecho con niños y adolescentes, que son los más afectados.

Quizás el enfoque al problema no sea el idóneo. Las correlaciones estadísticas son meramente cuantitativas, y el uso del móvil es muy variable de una persona a otra. Sobre todo la motivación para hacerlo. No es lo mismo jugar a videojuegos que estar continuamente colgando videos en TikTok. No es lo mismo estar comunicándote con tu grupo de amigos que estar viendo a influencers en Instagram. Cada vez hay más grupos privados y cada vez menos jóvenes están exhibiendo su vida en las redes. Igual ellos ya se han dado cuenta de algo.

Quizás debieramos hablar más con ellos. Y a ser posible, en persona.